La vida no debe ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar sanas y salvas


Me arrepiento de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana ya que la sexualidad es un componente de la buena salud, inspira la creación y es parte del camino del alma... Por desgracia, me demoré treinta años en descubrirlo.

La vida no debe ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar sanas y salvas, en un cuerpo atractivo y bien conservado, sino una carrera al borde de los precipicios, chocolate en una mano y copa de vino en la otra, totalmente desvencijadas ya pero gritando: ¡¡Guauuuuuuuuu, qué viajecito!!!

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