Hace
meses que en mi Mp4 solo suena música nostálgica, que cabalga esa maldita e insensata sensación que
hace que todos mis viajes con demasiada distancia sean un recorrido fragmentado
del verbo extrañar, sintiéndose la “ñ” más “m” de lo normal. Que los trenes me
pesan más que la mochila de los miércoles y mis muñecas irradian más de lo
normal, que tengo bolas de billar por ojos y una alacena sin dulces por pecho.
Hace miles de horas que soy suicida del filo de cualquier palabra y se me
agotan las fuerzas para darle a la silla la patadita final de fin de soga. Digo
hace horas como podría decir hace mañanas, sábados, tardes de meriendas o
estaciones sin calendarios...simplemente hace, del verbo "hacer" pero
deshecho. Es un "hace" por desgracia, o una desgracia pero posible
declinación del verbo, es útil, factible y real. Por obligación figura ahí,
como el acento en la palabra corazón o el punto final detrás de un Te quiero. Hace meses que escribo "beso" sin ganas y los abrazos me mal-suenan a barazos, que las mariposas del estómago se fueron a vete a saber que tierra prometida y me dejaron un montón de capullos rellenos de pólvora. Uno, dos, tres....