-¡Vaya que te disfrazas de ingenuo y eres socarrón!


¿Aprendiste a cerrarte como tus amigos? ¡Maldita sea! ¡No es tan difícil de entender! Debes tener un código de vida. Identificar a los que te quieren ver triunfar  y  unirte a ellos. Sé que los jóvenes de hoy se jactan de su libertad y de no obedecer a nadie, pero todos obedecemos a alguien, TODOS. El que no obedece las normas de la sociedad o de la familia, obedece las normas de sus amigos, de sus vicios, de sus necesidades creadas y dañinas... Todos obedecemos algo - Tú sabes que soy una coja carnalmente recuperándome, comencé ver cuáles son mis debilidades y son muchas me enteré que mi peor enemigo era yo misma porque no sabía decir no a las presiones de los impertinentes, les obedecía a ellos y, cuando entre a esta gracia me di cuenta, mi libertad se había convertido en prisión... Comprende esto: No estoy en contra de nadie se que siempre ha existido mentiras como la religión la droga, el alcohol o el tabaco; estoy en contra de los fracasados que las usan y se obstinan en que las usen otros. Todo aquel que insiste una y otra vez para que hagas algo que te daña, lo hace consciente o inconscientemente para no sentirse solo en su contaminación. Los perdedores se asocian -insisto-, desasóciate de ellos y ponte a trabajar y a estudiar, como lo hacías antes de ser contaminado... Tú eres lo que tienes entre las dos orejas. Tus ideas te hacen libre o esclavo. Tu forma de pensar te quita o te da energía. Cultiva el corazón de tu espíritu LA MENTE. Por tu propio bien.


Pero, que fácil lo haces 
con tu dulce ingenuidad. 
Deja ya los disfraces 
y asómate con la verdad. 
Quítate la careta, 
de infame seguridad 
y enfréntate a la realidad. 
Ya sabes lo que hay. 
A mí no me puedes engañar, 
así que deja ya de divagar, 
por ese, tu mundo irreal. 
La vida se crea 
apoyada sólo en la verdad 
y ya no es carnaval, 
para con la mentira, 
tu virtud disfrazar. 
Deja de lado las caretas 
y mírame sin tu rostro bajar, 
que el mio con vergüenza 
no conseguirás tapar. 
Si tú quieres vivir en mentira, 
yo prefiero soñar mi verdad 
y seguir por la vida, 
sin mi cabeza tener que agachar. 
Enséñame el coraje, 
el antifaz de la libertad 
y dejaré que te disfraces, 
cuando llegue, carnaval.