Muchas de nosotras, mis nenas, a veces, sólo a veces, amanecemos tristes, desganadas, sintiéndonos solas… Esperamos ese gesto de amor de aquellos a quienes amamos, pero no llega. Sin embargo, la culpa de ese pesar no es de quienes no nos
 dan afecto… es nuestra culpa porque hemos permitido que otras personas definan nuestro día a día… Por lo mismo es liberador dejar atrás a todas aquellas personas que lejos de regalarnos una sonrisa nos provocan una lágrima, es bueno dejar atrás a aquellos seres a quienes buscamos queriendo encontrar consuelo y recibimos el golpe del rechazo y de la infravaloración… La clave es la valoración que nos damos nosotras mismas… 

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