Intenté e intenté.

Por Dios, no me cansaba de intentar. Pensé que valías un poco de todo aquello que no valía en mí mismo: qué terrible era mirar este interior vacío y pensar que eras la pieza de un rompecabezas incompleto, no debería verme a mí mismo como algo que tiene un faltante.
Y todo el mundo hablaba de esta locura que yo sólo entendía como amor. Amor. Amor. ¿Por qué la palabra tiene tantas interpretaciones y para mí eres tú? ¿Qué tienes tú para bautizarte en mi vida como amor?
Y no hemos hablado estos días, y siento que tengo tanto que decir que ya me cansé de esta lista de cosas interminables por contar.
¿Qué tal si has decidido no volver a decir nada y yo sigo agregando cosas a este corazón que piensa que te espera aunque no sabe qué versión de ti volverá? 

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