Quedan interrogantes que tal vez nunca tendrán respuesta,“¿por qué se fue, si yo lo amaba?” “¿Cuándo la conoció, si era tan entregado a su hogar?”En medio del dolor, de la confusión, empezamos a reconocer las señales que antes no reconocimos o simplemente preferimos ignorar. Muchas veces se ven esos cambios, se piensa en preguntar, en abordar el tema, en hacer la pregunta de el porqué de esos cambios tan marcados, pero nos quedamos calladas porque es mejor estar “felices” y no provocar una discusión,
o simplemente preferimos buscar excusas a esos cambios que poco a poco nos corroen el alma con la duda, después de todo, esta es su casa, esta es su familia y sabe que es amado. Y pensamos o así lo queremos pensar, que él no seria capaz de un engaño, porque hemos sido tan felices, no queremos ver que detrás de esos cambios se esconde una mentira, un engaño, no nos damos cuenta que esta siendo doblemente falso, miente en la casa y le miente a otra persona que sin querer ha venido a ser la piedra de tropiezo. No queremos ver la realidad, no queremos ver que se esta gestando una infidelidad, se están gestando torrentes de lagrimas y sufrimientos de dos mujeres, por un lado la esposa que sigue creyendo en el, y de la amante que empieza a creer en el.
Y así la esposa disculpa los cambios en el hombre que ama, la amante acepta las mentiras del hombre que piensa que la ama, ¿será entonces que nos casamos con la persona equivocada? ¿O será que quien se está equivocando es el esposo? ¿Será que sus mentiras y cambios, van a hacer feliz a la que tiene en su casa, a la amante, o a sus hijos?
¿Y qué pasa si quien la que cambia es la esposa?
¿Has reconocido alguna de esas señales de infidelidad?
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