Pare de sufrir: Entre más respuestas
busque más dudas encuentra. Pare de sufrir: los sacerdotes, pastores y guías
espirituales le ayudarán a responder todas las preguntas existenciales que
tenga. "¿Para qué estamos aquí?" "¿Qué hay después de la
muerte?" "¿Cuál es mi misión en el mundo?" Preguntas con las que
se han fundado innumerables instituciones religiosas, unas más famosas y otras
como pequeñas copias sin autonomía. Todas ante el mismo negocio. Todas
cimentadas en unos cuantos mitos y miedos.
No importa cuántas dudas o vacíos en
su vida tenga, todo tiene una respuesta que usted no podrá reprochar ni mucho
menos cuestionar porque sería un pecado que podría enfadar (esto puede resultar
nocivo, peligroso) a la deidad que alaba.
Lo preocupante no es quien se lo haya
planteado, porque seguro él y su ejército de prosélitos ya tienen experiencia
en convencer y convocar masas, sino que usted se lo crea ciegamente sin
cuestionar, que trague entero. No es su culpa (no del todo), seguro que la
religión que profesa es la que ha heredado de sus padres, que a su vez
heredaron de sus abuelos.
Crea en lo que quiera (cada quien
hace con su dinero y tiempo lo que le da la gana), pero no se convierta en un
fanático religioso, el fanatismo obsesivo (propio de los políticos o de los
hinchas de fútbol) es una enfermedad social y ha desatado guerras, conflictos,
muertes e intolerancia solo en defensa de lo que se adora (una imagen, una
camiseta, un color). Entienda: la verdad absoluta no existe y el hecho de que
usted crea en algo no quiere decir que en sus creencias se cimente la verdad.
El autoritarismo religioso es
peligroso, lo ha sido siempre. En la película Ágora, Alejandro Amenábar
reconstruye la rivalidad entre cristinos, romanos y la ciencia a partir del
personaje de Hipatia de Alejandría, una astrónoma, matemática y filósofa que es
considerada pagana por sus estudios y avances en el conocimiento, y por
cuestionar las religiones que querían implantarle ciertas reglas que ella no
seguiría. La rivalidad asciende hasta el punto en que la biblioteca de
Alejandría es destruida y con ella toda la cantidad de documentos que
respondían a ciertas preguntas de la época, con esto logran controlar el
conocimiento y así generar nuevos miedos con preguntas que aparentemente no
tienen otra respuesta sino: "Dios así lo quiso".
Ya hay fronteras, idiomas, ideologías
políticas y prejuicios que nos dividen, ¿por qué tenemos que sumar la religión
como otro factor de intolerancia?
Las creencias religiosas deberían ser
algo íntimo, al fin y al cabo a nadie debería importarle a quién uno le pide
favores a cambio de oraciones o buenas obras y comportamientos. ¿Por qué
jactarse de algo que ni siquiera vemos? ¿Por qué señalar a otros simplemente
porque no creen en lo mismo que usted?
Más que creer en Alá, Buda o el Dios
de los cristinos, lo realmente importante es no caer en un abismo de
intolerancia y odio. Crea en lo que quiera pero no lo imponga. Rece,
arrodíllese, dese golpes de pecho pero no juzgue a los que no lo hacen o a
quienes practican el oficio de la fe de otra manera. No deje que sus visiones
religiosas se conviertan en divisiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario