A veces tienes que
verte guapa porque sí, porque no tienes porqué agradar al mundo solo por
protocolo social. Porque si ves que te hundes, siempre hay un salvavidas donde
menos te lo esperas. A veces una mala noticia no es el fin del mundo, a veces
es el principio del tuyo propio., que toda la gente le tememos al cambio, hasta
que tus principios se aferran a tus ganas y es entonces cuando floreces.
Es cuando aprendes a desgranar cada mínimo detalle que te rodea. Cuando entiedes que da igual que lleves un pañuelo anudado a la cabeza, un moño, o una gomilla, que eso se convalida más que nada por corona, porque al fin y al cabo para ser reina no hace falta más que actitud. Que la risa no se te corte porque creas que tienes al demonio dentro, el demonio no puede aguantar mucho sin verte sonreír, se asusta de la luz que desprendes y el miedo que tenías tú, se hace su mejor amigo y lo vences. Que le sacas más sabor a las historias, a la comida, al sexo, al sol, y tus complejos se minimízan porque tus coraje se ensancha. Que sin previo aviso tu primavera se vuelve otoño, hasta que te das cuenta de que llevas dentro el sol y te da por reirte a carcajadas. Que las batallas se ganan mirando al frente, y no deshidratándote por los ojos…que vas de vuelta en estos días en que la gente se ancla a lo diáfano. A veces es complicado, si fuese fácil no tendría gracia. Habrá días en los que la tierra te trague, pero si eso te sirve para brotar con el triple de fuerza, bienvenidos sean esos días negros. Que para brotar no hace falta que te rieguen, porque tu eres mayorcita, y si quieres que te rieguen, sólo tienes que salir a la calle y jugar al bamboleo con el suelo por culpa de esos andares. El mundo no va a dejar de girar sólo porque tu lo pares, lo importante es que no te quedes sin pilas…entonces me acuerdo de que las pilas contaminan y que tú eres energía renovable, pura y sin aditivos. Que aprecies el sabor de un beso, la intensidad de un orgasmo, los piropos que te echo y la calma de mi mano. Porque eso de ´´si nos hundimos, nos hundimos los dos´´…eso es de chiste, no hay necesidad de hundirse, porque yo no soy Leonardo DiCaprio en Titanic, y ni tu vida la dirige James Cameron. Así que venga, que te hincho el chaleco salvavidas, y todavía me sobra aire para recordarte que eres primavera llena de flores que no caducan…
Es cuando aprendes a desgranar cada mínimo detalle que te rodea. Cuando entiedes que da igual que lleves un pañuelo anudado a la cabeza, un moño, o una gomilla, que eso se convalida más que nada por corona, porque al fin y al cabo para ser reina no hace falta más que actitud. Que la risa no se te corte porque creas que tienes al demonio dentro, el demonio no puede aguantar mucho sin verte sonreír, se asusta de la luz que desprendes y el miedo que tenías tú, se hace su mejor amigo y lo vences. Que le sacas más sabor a las historias, a la comida, al sexo, al sol, y tus complejos se minimízan porque tus coraje se ensancha. Que sin previo aviso tu primavera se vuelve otoño, hasta que te das cuenta de que llevas dentro el sol y te da por reirte a carcajadas. Que las batallas se ganan mirando al frente, y no deshidratándote por los ojos…que vas de vuelta en estos días en que la gente se ancla a lo diáfano. A veces es complicado, si fuese fácil no tendría gracia. Habrá días en los que la tierra te trague, pero si eso te sirve para brotar con el triple de fuerza, bienvenidos sean esos días negros. Que para brotar no hace falta que te rieguen, porque tu eres mayorcita, y si quieres que te rieguen, sólo tienes que salir a la calle y jugar al bamboleo con el suelo por culpa de esos andares. El mundo no va a dejar de girar sólo porque tu lo pares, lo importante es que no te quedes sin pilas…entonces me acuerdo de que las pilas contaminan y que tú eres energía renovable, pura y sin aditivos. Que aprecies el sabor de un beso, la intensidad de un orgasmo, los piropos que te echo y la calma de mi mano. Porque eso de ´´si nos hundimos, nos hundimos los dos´´…eso es de chiste, no hay necesidad de hundirse, porque yo no soy Leonardo DiCaprio en Titanic, y ni tu vida la dirige James Cameron. Así que venga, que te hincho el chaleco salvavidas, y todavía me sobra aire para recordarte que eres primavera llena de flores que no caducan…
Autor: Francisco Bonilla Lozano.
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