Rodeada de vidrio pienso...

  “No hay nada que decir

                                                                               ante el espejo de unos
                                                                                 ojos cerrados”
 
 
Desperté atrapada en  la almohada, empapada en palabras pendientes que había olvidado comentarte; calada hasta lo más hondo, donde lastima el chapoteo tintineante de las caricias juguetonas. Transpirando tu aliño, sacudiéndome de ti. Entiéndeme, como siga abrazándote de esta forma vamos a acabar por darnos la espalda. No es por ti …  Créeme, si  continuo acariciándote  con mis manos las pisadas dactilares acabaran por desaparecer  y, no quiero traspapelar mi identidad en esta avenida repleta de gente que mira de reojo ansiando rebasar más allá de su cavidad pulmonar. Me desperezo y recuerdo que hay otras muchas cosas que tampoco te he dicho, que puede que te diga mañana  o tal vez queden ahorcadas al filo de la ventana, suicidas. Trastornadas, como todo últimamente. Aire y desorden. No es por ti … ¿Por qué estoy desnuda? ¿Dónde está mi  pijama? Nerviosa rebusco al final de las sabanas, rompo los cajones, miro bajo la cama, revuelvo el vaso de agua, destrozo el armario, desgarro los cuadros, despego el papel de la pared…ni rastro. Enfadada estallo la lámpara contra el techo y los cristales se clavan en mi piel. No te alteres, no sangro. No es por ti … Rodeada de vidrio pienso: “Hazte mayor conmigo”. Envuelta en miedo chillo: “Omite esto último”. Me siento complicada, como si alguien se hubiera molestado en desordenarme ordenadamente, dedicando todas las mañanas del mes a pulir mi desbarajuste, a tornarme caótica, a proclamar la anarquía en mi régimen totalitario…hace un tiempo calculado y lleno de post-its que inmortalizaban dónde había abandonado las cosas la noche anterior. Y tú tan ordenado, tan eficaz y perfecto. ¡Qué suerte la tuya! Quien pudiera quedarse a solas con la lluvia suspendida en los pulmones, quien pudiera permanecer frente al bisturí de la memoria, quien pudiera rebuscar entre los escombros de las ruinas del alma, quien pudiera llenarse los pantalones de oasis, quien pudiera retomar las canciones y morir balbuceando nuestra banda sonora.No es por ti … Gemidos Con las prisas de siempre acabo por olvidar donde tenía que ir con tanta urgencia. Cada día miento peor, cada día me cuesta más encontrar las certezas. Voy a desayunar, sentada en el suelo con las piernas cruzadas y la ventana abierta de par en par; llámame niña . Cítame, que brote de tu boca mi nombre susurrado desde el comedor. Un café con leche deja su aroma por el pasillo y un frío encantador destruye los bostezos. Me afectan las cotidianas rarezas no sabes cuanto. ¿Te cuento un secreto? Adoro la amnesia que me persigue y atosiga. ¿Te cuento…? A veces hablo con fantasmas, de cuyo nombre me he olvidado; vencidos, me cuentan que nunca regresaron de su exilio interior, yo subyugada les explico que temo no haberlo practicado nunca. ¿Te cuento…? El mausoleo  de mis besos viene dado por el pacto con la afonía, ella me suministra su poder y yo le entrego mi posibilidad de quebrantarlo. Me vas a matar cuando te enteres. Pero, no es por ti   Y ahora ¿Dónde la farsa y dónde la verdad de todo lo que te he contado? Un día, consumidos como un borrón a grafito, tan leves como el sonido de unos pies descalzos, nos miraremos de espaldas y nos preguntaremos ¿Por qué nos hemos mentido tanto? Y  ya no quedará café, ni fantasmas con que charlar, ni cristales que romper… y volverán los post-its que ordenaban y el pijama que cubría y recubría.
                                                                  ……      
 
-No me gusta como amas.
-Así no funcionan las relaciones.
-¿Porque me besas  sólo cuando te vas? Cuando no hay posibilidad de que pase nada serio.
-Yo no hago eso.
-Si lo haces, y luego te vas y me quedo jodida hasta que vuelves.
-¿Sabes que hago yo, tonta ? Me pierdo en el abismo de mi cama en la que me encuentro un poco más, echo un vistazo al cigarrillo que he apagado en el cenicero que me regalo Martina , antes de extinguir la luz miro las zapatillas verdes que hay en el suelo, con las que me persigue  Ana cuando está en casa, me cubro con las sabanas que le gustan a Carla , duermo como Teresa, sereno e inocente, me desvisto como NCr  hacía …poquito a poquito… y desayuno sentado en el suelo como … y el corazón… el corazón desequilibrado lo dejo sobre la mesita para que sus latidos sean los que una mañana me despierten cuando haya llegado el todo, el todo ordenado como en mi cama. ¿Ves que fácil? Si es que no sabes…No puedes construir si solo tienes un ladrillo.
-Ni aunque tuviera cientos.
 
                                             
                                                                              .Cogeré mis ojos  del suelo.     

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